Diario de un perro: entrenamiento para el uso de la jaula

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¿Qué tal le va a Billy, el terrier de Airedale, con su nuevo refugio? Un dueño registró de principio a fin el entrenamiento de su perro con el uso de la jaula.

Tenemos a un joven terrier de Airedale llamado Billy. Pudimos enseñarle muy fácilmente a no ensuciar la casa, pero llegó un momento en el que necesitábamos que se calmara para que pudiéramos dejarlo solo en casa sin que enloqueciera. Un amigo nuestro que tiene varios perros nos contó sobre el uso de la jaula y nos pareció buena idea. Una jaula es una perrera para interiores que sirve de espacio seguro y protegido al que tu perro puede “retirarse” durante el día. Su uso se originó en Estados Unidos y se ha popularizado en el Reino Unido y en Europa. Después de leer los pros y los contras, decidimos darle una oportunidad. ¿Es más fácil decirlo que hacerlo?

Consejo profesional Las jaulas no solo sirven para aliviar la ansiedad por separación de tu perro; también pueden servir para:

  • enseñar a los cachorros dónde deben orinar y defecar (los perros suelen ser renuentes a ensuciar el lugar donde duermen, y con la jaula es más probable que indiquen cuando necesitan salir a defecar u orinar)
  • practicar las visitas al veterinario o las estancias en pensiones
  • ofrecerle al perro un espacio seguro en caso de que se sienta nervioso o asustado, por ejemplo cuando hay fuegos artificiales o fiestas


Cómo elegir la jaula

Pasamos más o menos una semana buscándola en Internet Ninguna parecía buena opción. Necesitábamos una jaula en la que Billy pudiera caber de pie cuando ya hubiese crecido, así que sabíamos que teníamos que comprar una jaula bastante grande (no olvidemos que es un terrier de Airedale), pero todas las jaulas grandes que veíamos nos parecían más adecuadas para un zoológico, no para una casa. Después de visitar unas cuantas tiendas de artículos para mascotas y de ver las jaulas personalmente, finalmente elegimos la que nos pareció la más adecuada.


Día uno

Llegó la jaula del perro. Pobre del repartidor. La desenvolvimos y se la mostramos a Billy como si fuera un regalo de cumpleaños. Naturalmente captó su interés, aunque puso más atención en la envoltura de cartón que en la jaula. Por el momento la pusimos en la cocina-comedor, que es donde pasamos la mayor parte del día. Para asegurarnos de que fuera un lugar acogedor, metimos una camita cómoda y algunos de los juguetes favoritos de Billy. Luego, la dejamos con la puerta abierta, pero sujetada para que no se cerrara por accidente. Parece que debes dejar la jaula abierta durante algún tiempo para que tu perro se acostumbre a ella. Para ser honesto, ¡creo que esto va a ser difícil para nosotros!


Día dos

Billy no ha mostrado ningún interés por la jaula. En la mañana metimos unos cuantos premios (nos aseguramos de que nos viera), pero aún no entra por ellos. Al final hicimos un camino de premios que conducía hasta la jaula para intentar convencerlo de entrar. Billy fue más listo que nosotros: se comió todos los premios que estaban cerca de la puerta y se alejó de ahí con aspecto fanfarrón. Más tarde lo intentamos otra vez y pusimos un montoncito de premios en medio de la jaula. Metió medio cuerpo y los engulló. Fue un buen progreso.


Día tres

Aplicamos el mismo procedimiento unas cuantas veces más. Billy se está acostumbrando a la presencia de la jaula, pero no muestra mucho interés por echarse dentro de ella, así que ahora pusimos su plato junto a la puerta de la jaula. Creo que ya todos nos estamos acostumbrando (¡esta fue la primera mañana en la que no meto el pie en el plato!).


Día cuatro

Billy ha estado comiendo muy feliz de su plato, pero hoy metimos el plato en a la jaula cuando se acercó a comer. Se resistió y lo dejó ahí, así que lo sacamos y lo pusimos de nuevo junto a la puerta. Antes de irnos a acostar, metimos a la jaula una última porción de su alimento favorito.


Día cinco

El plato amaneció vacío. ¡Ya estamos progresando! Para la primera porción de alimento de Billy, pusimos el plato dentro de la jaula. Lo pensó por un momento, pero luego entro a comer. A partir de ahora le serviremos siempre su comida dentro de la jaula. Jaula 1. Billy 0.


Día siete

Hoy pasamos a la siguiente etapa y cerramos la puerta de la jaula mientras comía. Me sentí un poco cruel, pero parece que no lo notó y se echó a lamerse un rato. Nos quedamos cerca, pero en cuanto terminó de acicalarse hizo un escándalo, así que lo dejamos salir. Repetimos ese procedimiento en cada comida, y cada vez dejamos la puerta cerrada por un poco más de tiempo. Ahora está calmado, pero nos quedamos cerca de la jaula mientras la puerta está cerrada.


Día nueve

Dejamos a Billy solo en la jaula por primera vez. Comenzó a quejarse muy pronto, así que lo dejamos salir de inmediato, pero repetimos el procedimiento en cada comida, y aparecemos y desaparecemos de su vista todo el tiempo. Creo que ya se está sintiendo más a gusto con la situación. También lo estamos sacando a pasear un buen rato por la noche para que se canse, y aún solemos dejar algunos premios dentro de la jaula.


Día 10

¡Esta mañana encontramos a Billy echado dentro de su jaula! Lo felicitamos mucho y le servimos de comer. ¡Creo que ya lo logramos! Este será su refugio de ahora en adelante, un lugar en el que pueda relajarse. ¡Estoy un poco celoso!


Día 20

Solo han pasado unas cuantas semanas y Billy ya está totalmente entrenado con el uso de la jaula... y también nosotros. Ya establecimos la buena rutina de meterlo a la jaula de noche y sacarlo por la mañana. La jaula ahora luce un poco más habitada, con un montoncito de mantas en una esquina (acomodó su propio dormitorio), un poco de comida y un área de juguetes. Lo mejor es saber que está feliz en su jaula cuando necesitamos dejarlo solo durante el día, y estoy seguro de que ahora será mucho más fácil transportarlo cuando salgamos de vacaciones. ¡Creo que ese será nuestro siguiente plan!

Consejo profesional Desafortunadamente, el entrenamiento para el uso de la jaula no siempre es tan sencillo para algunos perros como lo fue para Billy y a menudo puedes ser bastante traumático… ¡para los dueños de perros! Si tu cachorro se muestra verdaderamente renuente a entrar a la jaula, intenta meter algunos objetos que tengan sus olores favoritos y cierra la puerta de la jaula, con el cachorro afuera de ella. ¡Esto servirá para estimular la curiosidad natural del cachorro! Con suerte, tratará de entrar a la jaula para conseguir su premio. Después de unos 20 o 30 segundos, abre la puerta y ve si entra. Si lo hace, su premio le espera en el interior, lo cual reforzará la percepción de que la jaula es un lugar positivo.

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